Dos live action: El teatro de Rumiko y Ashita no Joe

Dos live action: El teatro de Rumiko y Ashita no Joe

Los live action ayer y hoy

De la misma forma que la producción televisiva japonesa ha dado un salto en los últimos diez años en muchos sentidos, también la ha hecho la mirada que tiene este medio sobre las adaptaciones en imagen real de los manga. Y es que se han hecho más abundantes y más diversas.

Si se echa la mirada atrás, se encuentran producciones que intentaban adaptar con más o menos éxito los manga de más éxito del momento. Un ejemplo de eso fue Maizon Ikkoku Apartment Fantasy (1986), que tenía como referencia Maison Ikkoku (1980) de Rumiko Takahashi. Esta producción la protagonizaba una buena ristra de actores que ya habían tenido presencia en la gran pantalla y la dirigió Shinichiro Sawai (por aquél entonces conocido por sus películas de éxito W no higeki (La tragedia de W, 1984) y Sōshun Monogatari (Historia de una primavera temprana, 1985). Curiosamente, su banda sonora la compuso un jovencísimo Joe Hisaishi.

Un rasgo que se puede apreciar en esta adaptación de Maison Ikkoku se puede aplicar a muchas adaptaciones de la época: pese a tomarse la premisa de la historia de forma relativamente fiel, se la perfila y se rebajan sus aspectos más extravagantes para darle un tono más cercano a la realidad.

Lo mismo sucedía con la adaptación de Tokio Babylon 1999 (1993). Dirigida por Jōji Iida y protagonizada por Toshihide Tonesaku y Wataru Shihōdō. Centrada en las consecuencias de las malas prácticas ocultistas de un grupo de estudiantes, la trama de la historia tiene poco peso. No acaba de reflejar adecuadamente la atmósfera de la obra original, ni la concreción de su mensaje crítico.

Sin embargo, sólo hace falta echarle un vistazo a la adaptación de XXXholic de CLAMP,  a la adaptación de Nodame Cantabile (2006) de Tomoko Ninomiya o a la de Shitsuren Chocolatier («El chocolatero del corazón roto», 2014) de Setona Mizushiro (2008–2014) para ver cómo han evolucionado los criterios de adaptación.

La exageración, el histrionismo y el slapstick (incluso el más exagerado) tan presentes en el género del manga se han ido abriendo camino. Han saltado a las adaptaciones de imagen real priorizando una mirada más cercana a lo que sería la obra original, que a algo más acorde a lo que puede ver en la sociedad japonesa a diario.

En esta ocasión os detallaremos dos adaptaciones situadas en las antípodas: por un lado la adaptación de Takahashi Rumiko Gekijō («El teatro de Rumiko»), por alusiones a la obra en artículos previos, y, por otro lado la del célebre manga Ashita no Joe («El Joe del mañana»).

El live action de El teatro de Rumiko

Siendo como es una autora de éxito, numerosas obras de Rumiko Takahashi han sido adaptadas en producciones de imagen real; las ya mencionadas adaptaciones de Maison Ikkoku (1986 y 2007 respectivamente), One Pound Gospel (2008) en una serie de 9 episodios, Ranma ½ (2011) en un programa especial de dos episodios… y Takahashi Rumiko Gekijō («El teatro de Rumiko») (2012).

El live action del teatro de Rumiko, no tan conocido, consiste en una serie de dos episodios producidos por la NHK y guionizado por Kunihiko Okamoto a partir de la propia obra de Takahashi. De 49 minutos cada uno, se emitieron el 8 y el 15 de junio de 2012 respectivamente.

En esta producción no encontramos una adaptación lineal al uso de cada una de las historias, sino que en una suerte de tour de force. En cada episodio se toma tres historias y se las entrelaza creándose una adaptación libre de ellas.

De este modo, personajes que se presentaban aislados en cada una de las historias pasan a estar relacionados de forma puntual al ser situarlos, o bien en escenarios comunes, o bien por hacerlos interactuar de algún modo dando lugar a una suerte de crossover.

Sus títulos son, concretamente: Takahashi Rumiko Gekijō · Akai hanataba («El Teatro de Rumiko · Un ramo de rosas rojas») y Takahashi Rumiko Gekijō · Unmei no tori («El Teatro de Rumiko · Los pájaros del destino»).

RumikoTakahashi Rumiko Gekijō · Akai hanataba («El Teatro de Rumiko · Un ramo de rosas rojas)«

Reparto: Fumiyo Kohinata, Mieko Harada, Yamada Mariya, Kataoka Reiko, Sugimoto Tetta, Jun Yoshinaga, Jun Murakami.

El primer episodio arranca con la estampa ridícula que ofrece el fantasma de un asalariado de mediana edad que padece una muerte fortuita durante una cena con sus compañeros de trabajo. A partir de allí, vemos como los personajes de Akai hanataba («Un ramo de rosas rojas»), Hachi no naka («En las macetas») y Meisō kazoku F («La aberrante familia F») se van alternando y entrelazando bajo el común denominador del afecto y de las flores.

Por un lado, se tiene al mencionado asalariado incapaz de descansar en paz carcomido por la duda de si su mujer le ha sido infiel. Por el otro, a una mujer que descubre en las macetas que le ha confiado su vecina huesos humanos. Y para rematar, a la estudiante de instituto que se ve superada ante un viaje familiar repentino en el que se masca la tragedia.

En esencia, todo ello se nos presenta de un modo cálido, y expresado con toques de suspense y de comedia.

Takahashi Rumiko Gekijō · Unmei no tori («El Teatro de Rumiko · Los pájaros del destino»)

Reparto: Jun Murakami, Miki Mizuno, Waka Inoue, Kichiya Katsura, Mikihisa Azuma, Katsuhiko Watabiki.

Con el mismo ritmo pausado, y siguiendo una fórmula semejante a la del primer episodio, Unmei no tori («Los pájaros del destino») se convierte en el hilo que conecta esta primera historia con Kimi ga iru dake de («Mientras tú estés aquí») y Senmu no inu («El perro del gerente»).

Así pues, aquí el arranque nos lo da el amo apocado de un pequeño restaurante con el poder sobrenatural de ver unas aves rojas sobre quienes padecen o padecerán algún infortunio. A partir de ahí tenemos, por un lado, a una mujer exasperada por los problemas que le trae un marido incapaz de comportarse con determinación. Y, por el otro, un ejecutivo que acaba trabajando en un establecimiento de comida para llevar y cuya inflexibilidad, propia de un alto ejecutivo, supone más un problema que una ayuda.

En esencia, el tema dominante de este episodio es el afecto y el destino entendido como algo que no es inquebrantable.

Estos dos OVAs en sí, por su cadencia lenta y su sutileza narrativa a la hora de transmitir la trama, puede antojarse aburrida para aquellos que no estén acostumbrados a las producciones japonesas extremadamente sobrias.

El live action de Ashita no Joe

Ashita no Joe («El Joe del mañana»), una obra de culto creada por los autores Asao Takamori (guión) y Tetsuya Chiba (dibujo), es uno de esos clásicos que también ha encontrado su lugar en el universo de las adaptaciones.

Publicada entre 1968 y 1973 por Kōdansha con un total de 20 volúmenes, despertó tal fiebre en su momento que tuvo dos adaptaciones al anime con una serie de 70 episodios en 1970 y otra de 47 en 1980 dirigidas por el gran Osamu Dezaki. Incluso, se creó una primera adaptación al cine en 1970.

En Ashita no Joe se sigue la tónica habitual de las obras que habitan los años ochenta. Su eje principal: el de llegar a la cumbre de una pasión i/o ambición cueste lo que cueste. Parafraseando la propia película de 2011, para conseguir algo debe quedar uno «cubierto de sangre, de barro y sudor».

El problema, quizá, es que en aquella época se tomaban esas palabras al pie de la letra. Tanto en Ashita no Joe como otras obras con deportes teóricamente más amables, como Attack No. 1 (1969) de Chikako Urano o Ace wo Nerae! (1973) de Sumika Yamamoto (1973), el desangrarse, acabar embarrado y cubierto de sudor (y también de lágrimas) de las formas y en las circunstancias más crueles estaba a la orden del día. Hasta el punto que vistas desde la óptica de hoy en día resultan de una dureza impactante.

Eso explica por qué, al adaptarse nuevamente Ashita no Joe en 2011 bajo la dirección de Fumihiko Sori, pese a conservar una excelente ambientación que reproduce los suburbios de las clases más pobres de un país que empezaba a alzarse tras la posguerra, no se llega a los extremos de la obra original.

Esta adaptación más reciente tiene un reparto encabezado por Tomohisa Yamashita, Teruyuki Kagawa, Yusuke Iseya y Karina, que se ajustan adecuadamente a una historia con el foco puesto en el primer arco de la trama del manga y a su estética.

Tomando las líneas maestras de la historia, se nos presenta a Joe Yabuki, un huérfano conflictivo que deambula por los suburbios de la ciudad y que está metido constantemente en peleas, estafas y otros delitos menores. A partir de su estancia en prisión y de una pelea con quien será su rival a batir, decide iniciar su trayectoria en el boxeo protagonizando, así, una historia de superación personal por la que se gana el respeto de la gente.

Simplificando más de un detalle de la obra original, buena parte de la película se centra en los esfuerzos titánicos (sin llegar a lo inhumano del manga) que hacen Yabuki y Rikiishi, su rival a batir, llevados por su pasión desmedida por disputar un combate donde puedan jugárselo todo el uno contra el otro.

Si bien, también se nos muestran otras subtramas, como el pasado de Yoko Shiraki (la manager de Rikiishi), la relación de ésta con los boxeadores y los conflictos de la gente de la barriada.

Quizá no sea una película apta para los puristas del manga, pero el hecho que la línea argumental principal esté bien llevada, que tenga emoción y que esté bien entretejida con las subtramas presentadas la convierten en una película bastante recomendable.

Así mismo, los combates de boxeo combates están muy bien reproducidos con la ayuda de los efectos gráficos y de sonido, algo, por otro lado, fundamental en esta clase de historia.

Abajo tenéis el tráiler por si queréis echarle un vistazo:

Autor

Traductora de japonés, historiadora del arte y articulista.

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