Maison Ikkoku: una historia de amor única

Maison Ikkoku: una historia de amor única

Hace exactamente 40 años, una mujer conoció al hombre de su vida; tras un romance tormentoso, se casaron y fueron felices. Entonces él murió y ella tuvo que aprender a vivir con el corazón roto.

Este es el punto de partida de Maison Ikkoku, una de las mejores obras de Rumiko Takahashi, cuyo 40º aniversario se cumple esta semana.

En un vistazo

Por hacer un resumen rápido, Maison Ikkoku es la historia de amor entre Kyoko Otonashi, viuda reciente y responsable del edificio de apartamentos que da nombre a la serie y Yusaku Godai, al principio aspirante eterno a entrar en la universidad.

La atracción entre ambos es más o menos instantánea. Yusaku queda enamorado de Kyoko desde el primer momento, pero a ella le costará más reconocer sus sentimientos -no digamos ya corresponderlos.

Y no solo es su situación personal, es que en el Ikkoku vive una colección de personajes de lo más peculiares que, queriendo o no, acaban saboteando muchos de los intentos de Yusaku, ya sean románticos o profesionales. Después tendremos a los padres de Kyoko, que quieren «recuperar» a su hija. Más tarde otros pretendientes a Kyoko, y hasta chicas interesadas en ganarse el corazón de Yusaku, algunas más directas que otras.

Este cóctel provocará muchos malentendidos, situaciones absurdas, ataques de celos y giros imprevistos de guión, todo aderezado con el humor característico de Takahashi, aunque sin extraterrestres, artes marciales u otros elementos fantásticos.

La responsable

Creo que no hace mucha falta presentar a Rumiko Takahashi, pero por si acaso, digamos que es una de las mangakas más reconocidas del mundo -si no la más, dependiendo a quién se pregunte. Es una especialista en el humor ligero y unos personajes femeninos fuertes y ciertos arquetipos que siempre se repiten (por ejemplo, gente bajita y alborotadora) .

Después de algunas historias cortas, su primer gran éxito fue Urusei yatsura (Lamu – Lum, la chica invasora), en la revista Shônen Sunday de Shogakukan. Una comedia alocada sobre un chico terrestre (Ataru Moroboshi) que acaba emparejado con una invasora extraterrestre de mucho temperamento (Lum), donde poco a poco se irán añadiendo parientes, amigos, rivales y demás fauna especial. En realidad, una colección de aventuras episódicas donde lo ocurrido en un episodio no tenía impacto posterior. Poco después se adaptó al anime y el personaje de Lum se convirtió en uno de los primeros iconos del manganime. Décadas después de su estreno, aún se podían ver cosplays de ella en salones del manga y demás -cuando los había, claro.

Qué pesadez de extraterrestres, o algo así.

Después vendrían sus otros grandes éxitos, como Ranma 1/2 o Inuyasha -cuya «secuela» (más o menos) acaba de estrenarse-, sin olvidar otras obras suyas como One-Pound Gospel, Rin-ne, la reciente MAO o sus recopilaciones de historias cortas. Desde luego, nadie podrá decir que se ha sentado a vivir de las rentas. Pero me estoy adelantando…

De niños a adultos

Porque al mismo tiempo que publicaba Urusei Yatsura, Takahashi también sacaba Maison Ikkoku en la revista Big Comics Spirits. La diferencia estaba en la edad de su público; Sunday es para niños adolescentes y Big Comics, para adolescentes y adultos. Eso se nota especialmente en el argumento y los personajes. La historia de Yusaku y Kyoko empieza y acaba -algo que a Takahashi nunca se le ha dado bien, como recordamos en el pódcast.

Por otra parte, las personalidades; ninguno de los protagonistas son adolescentes que dudan de sus sentimientos constantemente y son incapaces de decir lo que sienten. Yusaku puede ser patoso en ocasiones y tener la capacidad de observación de una lata de garbanzos, pero sabe que quiere a Kyoko. Por su parte, ella puede sentirse destrozada y retraída, pero tiene muy claro lo que quiere y es más que capaz de luchar por ello. Los protagonistas -así como el resto de personajes principales- irán pasando por un proceso de crecimiento y maduración que les hará ser muy diferentes de como acabaron; por grande que sea su romance, este no es lo que les define.

Kyoko Otonoshi, en todas sus emociones
Yusaku Godai, de pringado a responsable

La relevancia de Maison Ikkoku

Cuarenta años (¡y un día!) después de su estreno, ¿qué importancia tiene esta obra? ¡Muchísima! Maison Ikkoku se convirtió en serie de anime -que llegaría a España a través de Antena 3, con doblaje en español latino y titulada Juliette je t’aime. Ademas del anime tuvo OAV, película de animación, de imagen real, un telefilme (¡en 2007!). La banda sonora fue un éxito de ventas, se grabaron radio novelas, y se hicieron videojuegos…¡hasta se hicieron máquinas de pachinko!

El primer tema de apertura: Kanashimi yo konnichi wa (Hola, tristeza)

Dejando eso aparte, Maison Ikkoku es una gran historia de amor que comienza justo donde terminan las otras. Una historia con sus altibajos, pero lejos de las sorpresas folletinescas y el dramatismo adolescente. Un romance cotidiano, más cercano a la tierra, pero igual de conmovedor por su realismo.
Por otra parte, Maison Ikkoku lanzó muchos de los tópicos del manganime que pensamos que existen desde siempre: el estudiante repetidor, la casa de locos, el pervertido accidental, la relación sí-pero-no de los protagonistas… Por no hablar de que cualquier personaje que lleve un delantal con un pollito está homenajeando a Kyoko Otonashi.

Para terminar, ¿recordáis cuando hace unos meses se habló en esta web de Love Hina y el género de harén? Pues podríamos decir que el manga de Ken Akamatsu solo es una parodia de Maison Ikkoku, con muchos de sus elementos pero retorcidos hasta el extremo. Como curiosidad, la cantidad de desnudos por metro cuadrado es mucho mayor en la residencia Hinata que en Ikkoku, pero en la historia de Takahashi, los personajes sí tendrán relaciones sexuales (consentidas; caer de cara sobre unas tetas no cuenta).

Últimas palabras

Es un aniversario agridulce, porque el manga de Maison Ikkoku está descatalogado desde hace mucho tiempo, y el anime tres cuartos de lo mismo. Curiosamente, las empresas que las sacaron cerraron hace tiempo (¡podemos hablar de eso en el pódcast, si os apetece!). Y aunque no dejo de leer nuestra sección de noticias, no tiene pinta que nadie esté interesado en reeditar este magno manga de Rumiko Takahashi. Así que sirva este artículo como recordatorio y homenaje a la mejor historia de amor del manga que, como ya dije, comenzó donde las demás historias terminan: con un «te quiero».

«Le das a mi vida una ilusión…»

Autor

Redactor y traductor

Hace mucho tiempo alguien me dijo: "¿te gustaría traducir una serie de dibujos japoneses de esos?" y dije que sí. Nada ha sido lo mismo desde entonces (si no, tendría 20 años menos).

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