Creamy Mami – La princesa caprichosa: el lado oscuro de las idols

Creamy Mami – La princesa caprichosa: el lado oscuro de las idols

Raquel, amiga mía…

Megumi Ayase es la cantante estrella de Producciones Partenón y la protegida de su presidente, Shingo Tachibana. Pero de repente su papel queda eclipsado con la aparición de la nueva y misteriosa Creamy Mami. Esta recién llegada está arrasando el mundo del espectáculo y tiene a todos embobados. Pero Megumi no piensa quedarse quieta, ¡hará cuanto esté en su mano para recuperar su trono de princesa de Partenón!

¿Quién es esa Creamy Mami?

El otro yo de Yū, una niña que ha recibido poderes mágicos, entre ellos el de transformarse en una adolescente con gran talento para la música. Por casualidades del destino acaba topándose con el presidente de Partenón. Encandilado con la mágica Creamy, intentará contratarla como nueva cantante y salvar a su empresa musical. A partir de aquí Yū/Creamy vivirá toda clase de aventuras como estrella del espectáculo, al tiempo que intenta ocultar su identidad secreta de los demás, incluyendo a la envidiosa e irritable Megumi.

Este es el argumento del anime de 1983 del Studio Pierrot, con diseños de la célebre Akemi Takada. Una historia de «chica mágica», como otras anteriores (tendremos que hablar sobre ello), pero que no solo fue la primera del estudio, sino también el primer ejemplo de «media mix», la promoción de una cantante-idol a través de su papel en una serie de anime. En este caso, Takako Ōta, que no solo cantaba, sino que interpretaba a la protagonista en ambos papeles.

Creamy, Yū y Takako, tres en una

En todo caso, Creamy Mami fue un éxito rotundo en Japón ―no solo entre las niñas, público objetivo de la serie― con 52 episodios y 4 OVAs. Su fama fue tal que incluso se la sigue recordando como uno de los animes más famosos de todos los tiempos, así como sus canciones.

Y Creamy acabó llegando a Europa a finales de los 80 como parte de la «invasión de anime». En Italia fue L’incantevole Creamy, en Francia, Creamy, merveilleuse Creamy y en España El broche encantado. Además, la protagonista fue rebautizada como «Susana» por algún motivo (no ocurrió en la versión francesa o italiana). Y ya que estaban, Shingo fue «Antonio Ramírez» y Megumi, «Raquel»; al menos se mantuvo Creamy y no se cambió por «Cremosita» o algo peor. A pesar de estos cambios, la historia de Yū/Susana fue muy popular en toda Europa, pero nadie se había preocupado por volver a ella, hasta ahora.

Si alguna cosa muy negra está…

La princesa caprichosa nos muestra la historia desde los ojos de Megumi. Shingo y ella levantaron Partenón desde los comienzos y se pusieron por meta dominar el mundo del espectáculo. Unos años después, ella parece ir de capa caída, y Shingo ―que en 2021 llevaría un par de denuncias por acoso― parece dispuesto a sustituirla por otra que traiga «magia» al escenario. Es normal que Megumi no se lo tome bien ni que a veces actúe de forma impulsiva.

En lugar de la diva irritante e intratable de la serie de animación, aquí tenemos a una chica que lucha con todo lo que tiene para no perder el puesto que había conquistado en la productora Y… ¿tal vez en el corazón de su productor? Lo que ella no sabe es su enemiga es, literalmente, mágica y contra ella los trucos no valen.

Con fantasía y un toque de tu magia

La nostalgia vende y eso lo vemos con la recuperación de Oliver y Benji, Caballeros del Zodíaco, Dragon Ball…. Sin embargo, hasta la llegada de Arechi nadie había pensado o creído en invertir en la nostalgia de aquellas que veían las series de chicas mágicas como Creamy, Emy, cantantes como Eriko, deportistas como Juana, Julia, Marta… Seguramente el manga de Candy Candy sería un éxito arrollador si las batallas legales entre dibujante y guionista no impidieran que se publique fuera de Japón.

Volviendo a Creamy Mami, sí que existe un manga original (cuya publicación ya está anunciada). Sin embargo, mientras que el manga de 1983 estaba dirigido a las niñas que seguían la serie semana a semana, La princesa caprichosa se publica en Tatan, la revista digital de Coamix para mujeres adultas, seguramente aquellas que recuerdan la obra y aprecian el cambio de foco. Además, es posible que se reconozcan en la lucha de Megumi para hacerse respetar en el mundo laboral.

En el manga, Emi Mitsuki, hace un gran esfuerzo por ponernos en situación y recordar lo que sucedía en el Japón de los 80. Gráficamente se esfuerza por recordar e imitar el estilo gráfico y la animación de aquella época. Además, a través de los ojos de Megumi vemos cómo se sentía la gente normal al ver a Creamy, sin saber lo que estaba pasando.

Ese puede ser el mayor problema con este manga: ¿es necesario recordar Creamy Mami para apreciar este manga? Por una parte, no: los esfuerzos y el sufrimiento de Megumi son igual de comprensibles sin las aventuras infantiles de Yū/Creamy o la interacción de esta con sus mascotas. Es más, la situación ya había comenzado de antes con los intentos de Partenón de encontrar una nueva estrella -aunque fuera «solo» humana.

Pero por otra parte, sí: la falta de la referencia animada hace cojear la acción en algunos momentos.

Por desgracia, si bien en Japón es fácil acceder a Creamy Mami no ocurre lo mismo aquí, salvo por ciertos vídeos de Youtube no oficiales, con una calidad de imagen algo escasa. Curioso es que varias empresas de los EE.UU. hayan licenciado la serie porque allí no se emitió por televisión y su tirón es mínimo. En todo caso, las plataformas en cuestión han bloqueado su contenido fuera del país.

Así pues, sea por el motivo que sea (malas ventas de otros proyectos, dificultad de recuperar doblajes antiguos) la llamada a la nostalgia de La princesa caprichosa se convierte en una apuesta arriesgada por ver la fuerza nostálgica de un público al que generalmente se ha ido dejando de lado en la edición nacional de manga o anime.

¡Parimpampúm!

Como ya sabéis; si en Mangaes sabemos de algo, es de la historia del manganime en nuestras costas y vídeos perdidos en el tiempo. Así que he aquí la canción de apertura de El broche encantado interpretada por la única e inimitable Sol Pilas.

https://www.youtube.com/watch?v=-yp611Qnr58

Creamy Mami: la princesa caprichosa

Emi Mitsuki, Studio Pierrot

Dibujo
Guión
Edición

Resúmen

Una revisitación al clásico de los 80 pero desde un punto de vista inesperado. Una vuelta a la nostalgia con mucho amor por la serie original. Haberla visto antes ayuda mucho a rellenar huecos, claro.

3.3

Autor

Redactor y traductor

Hace mucho tiempo alguien me dijo: "¿te gustaría traducir una serie de dibujos japoneses de esos?" y dije que sí. Nada ha sido lo mismo desde entonces (si no, tendría 20 años menos).

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