La universidad es un lugar de cambios, lejos de las niñerías de instituto. ¡Es hora de empezar a florecer! O al menos, eso creen Ichita Tobishima y Mutsumi Moriya, estudiantes de primero del grado de manga. Ambos esperan expresar en papel todo lo que llevan dentro.
En el caso de Ichita, es un fudanshi (aficionado al yaoi/BL) con una imaginación desbocada y cero trato con chicas. Mutsumi, por su parte, es una fan del yuri (o 百合女子) que se transforma al pensar en su género favorito. Por desgracia, cualquier expectativa que puedan tener uno sobre otro se echa a perder cuando tropiezan y los bocetos de uno y otra salen volando y se intercambian. Ahora ambos saben sus respectivos secretos. ¡Menuda forma de empezar una nueva etapa!
Romances de manga y viceversa
¡Florece, florece!, alias «Sake yo hana sake!» es el primer manga de Molico Ross, una comedia romántica de Coamix (como Creamy Mami: La princesa caprichosa) sobre aspirantes a mangakas que estudian el manga. Un «metamanga romántico», que se podría decir.
A los dos protagonistas digamos que no se les da muy bien tratar con la gente. Lo único que les hace soltarse y mostrarse como son de verdad son sus géneros favoritos. Por desgracia, han tenido experiencias personales que les hace mantener muy cerrados sus gustos. Digamos que no todo el mundo entiende la diferencia entre ficción y realidad. Los aficionados al género de terror no desean ir por ahí destripando adolescentes, ¿verdad?
Sea como sea, Ichita y Mutsumi, comienzan su historia (después de un inicio tormentoso) a través de algo tan fácil y complicado como «encontrar alguien que entienda tus gustos». Y en esto son algo a contrasentido: el público mayoritario del yaoi suelen ser mujeres (fujôshi), como también lo son quienes leen yuri -aunque los más explícitos suelen estar realizados por hombres (¡fijaos si no en Ayakashi Triangle!).
Su incipiente romance continuará si los malentendidos y la patosidad mutua típicas de esta clase de obra no se interponen, claro.
La intención es un intento.
El dibujo tiene altibajos de detalles y a veces puede ser confuso -sobre todo en los diálogos-. Curiosamente, el mayor esfuerzo se realiza con Mutsumi y sus tórridos romances lésbicos, cuando en otros son puras siluetas.
En argumento Florece… es un manga romántico sobre aficionados al manga; no exige mucho a Ross porque solo tiene repetir sus propias experiencias y utiliza en serio algún tópico del género que a estas alturas ya se considera paródico («tropiezo y me caigo sobre una chica»).
También la traducción tiene algunos momentos que dificultan la lectura como textos y onomatopeyas a veces traducidas y a veces no, términos controvertidos, como «fundashi» (por fudanshi) o «taeko» -como fan de yuri- (en lugar del original 百合女子 -yurijoshi) y otros sin traducir (tachi y neko -son como seme y uke del yaoi). Seguro que en el segundo volumen de la colección no nos damos ni cuenta.
¡Florece, florece!
Resumen
Una historia romántica lejos del instituto, aunque los personajes sean igual de patosos que los colegiales. Un manga corto con «metalecturas» sobre el mundo del manga y los prejuicios.