Yuri, un género para todos los públicos

Yuri, un género para todos los públicos

Dentro de los diversos géneros del manga y el anime, hoy nos detenemos en el yuri, el género que engloba aquellas obras que tratan la temática de relaciones (románticas y sexuales) entre chicas. Su historia y desarrollo pasamos a comentar, para dar un poco de luz a un género que puede ser visto y apreciado por todos los públicos.

Terminología

Como podréis observar, a lo largo de este artículo hablamos del género yuri, sin usar los términos Girls’ Love (GL) o shojo-ai, relacionados con el género pero no estrictamente similares.

Girls’ Love es la correspondencia al término Boys’ Love utilizado para aquellas historias yaoi de rasgos menos dramáticos, más ligeros y generalmente con protagonistas más jóvenes. No se puede hacer sinónimo del género yuri, pues la temática de éste es amplia y variable, como explicaremos.

Shojo-ai tiene usos diferentes según nos encontremos en Japón o fuera del país nipón. Para los lectores occidentales hace referencia a aquellas historias yuri de contenido estrictamente romántico, mientras que en Japón se ha utilizado para describir aquellas historias de sexo explícito entre hombres adultos y niñas menores de edad.

Historia

La palabra yuri significa «lirio», al mismo tiempo que es un nombre japonés relativamente común. El lirio se ha utilizado en la época romántica de la literatura japonesa para representar la belleza y pureza de las mujeres, y es un símbolo de facto del género yuri.

Las primeras obras literarias japonesas sobre amor entre chicas aparecen a principios del siglo XX, destacando la escritora Nobuko Yoshiya pionera en la literatura lésbica japonesa e incluida en el género clase S japonés, referido a las obras de relaciones románticas entre chicas, así como impulsora del género yuri, sirviendo de base e ideas básicas para las futuras obras. En sus inicios, estas obras se desarrollaban en modelos de homosocialidad idílica (residencias femeninas, por ejemplo), especialmente en relaciones amorosas entres estudiantes de último y primer año. Estas relaciones solían tener un componente trágico, con el fin del romance por motivos de graduación, matrimonio o incluso la muerte, o bien, presentar la homosexualidad como una fase transitoria del desarrollo sexual hacia la heterosexualidad y la maternidad.

Ryoko Yamagishi, Shiroi Heya no Futari. Publicada en la revista shōjo Ribon

Más adelante, a comienzos de los años 70 aparecen los primeros mangas yuri de la historia. En 1970 se publica el manga shōjo Shīkuretto Rabu, de Masako Yashiro, primer manga fuera de la clase S que presenta una relación íntimas entre mujeres y considerado por varios autores como el primer manga yuri. Sin embargo, dada su temática oscura y centrada en relaciones entre hombres y mujeres de la obra de Yashiro, la mayoría de los críticos consideran que el primer manga yuri es Shiori Heya no Futari, («Nuestra habitación blanca») de Ryoko Yamagishi, publicado en 1971. Asimismo, se publicaron diversas obras del género shojo con personajes transgénero y que difuminan las diferencias del género a través del travestismo, destacando las obras de Ryoko Ikeda como La Rosa de Versalles (Versalles no bara; (1972-1973), Oniisama e… (1975) y Claudine (1978).

Claudine [ Inglés ] [ Italiano ]

Desde los años 70 hasta principios de los 90, el género yuri pasa por una fase oscura, debido a diversos factores, como el carácter trágico de sus historias, el «pánico lésbico» (rechazo de los propios sentimientos homosexuales) de sus protagonistas y la pérdida de popularidad.

Sin embargo, esta situación cambia en 1992, con la aparición de uno de los mangas más importantes de su género, Jukkai me no Jukkai («La décima décima vez»), de Wakuni Akisato, que se aleja del componente trágico y estereotipado del género; así como con la adaptación al anime de Sailor Moon, el célebre manga de Naoko Takeuchi, que presentaba una relación lésbica positiva entre guerrero Urano y guerrero Neptuno. La gran popularidad de la serie sirvió de impulso para la aparición de nuevas obras, como Revolutionary Girl Utena (1997-1999), de Kunihiko Ikuhara, así como el desarrollo de obras con un abordaje más maduro de la temática lésbica. Además, hay un resurgimiento de la literatura del género clase S, con la serie de novelas ligeras Maria-sama ga Miteru («La virgen María nos observa»; 1998-2004), de Oyuki Konno. Estas se adaptaron en dos temporadas de anime, que Jonu llegó a editar bajo el título María nos Mira.

Maria-sama ga Miteru / María nos mira

A comienzos de los años 2000 aparecen las primeras revistas dedicadas al género yuri. En 2003 Sun Magazine publicó la revista antológica Yuri Shimai (junio 2003 – noviembre 2004), e Ichijinsha lanza la revista Comic Yuri Hime en 2005, a la que continúan diversas nuevas publicaciones, poniendo de manifiesta la expansión y popularidad progresiva del género.

No es menos destacable además que, más allá de las obras propias del género, la temática yuri ha estado presente en una gran inmensidad de obras, no como tema central, pero sí relevante e importante. Además de la citada Sailor Moon, son claro ejemplo de ello el cuarteto mangaka CLAMP, cuyas obras tienen marcados personajes y romances yuri son de sobra conocidos, y otros títulos como Burst Angel, Azumanga Daioh, Noir o Pretty Cure, donde el componente yuri no se esconde y que es fácilmente captado por el espectador.

Comic Yuri Hime (enero 2020)

Análisis

La temática del género yuri se centra en las relaciones íntimas entre mujeres, ya sean amistosas, románticas, amorosas o de rivalidad, sin la necesidad de que todos los personajes aparecidos en una obra sean no heterosexuales. La sexualidad de un personaje puede ser determinada por los sentimientos y pensamientos del mismo, o bien por la interpretación del lector según las acciones y matices que puedan apreciarse. De esta forma, en el ámbito fuera de Japón, tiene mayor éxito el manga yuri de contenido más explícito (como por ejemplo, chicas besándose), mientras que en el propio Japón se aprecian más los sutiles detalles y el leer entre líneas.

Oya ga Urusai node Kouhai (♀) to Gisou Kekkon Shitemita por Naoko Kodama (Comic Yuri Hime, Ichijinsha)
Edición en inglés: I Married My Best Friend to Shut My Parents Up

Esta diferencia entre occidental y oriental también se aprecia a la hora de relacionar el género yuri con el lesbianismo. En occidente, esta relación es más fuerte que en la cultura japonesa, que considera que el género se centra en los ideales de belleza, pureza, inocencia y espiritualidad antes que en la identidad sexual. De esta forma, la atención se centra en una conexión entre corazones más que en una conexión y atracción físicas. Aún así, los estudios realizados por diversas revistas recogen que la mayoría de sus lectoras son heterosexuales, y por tanto argumentan que el género yuri se aliena con ambientes de homosociabilidad antes que con la homosexualidad, pero sin ser mutuamente excluyentes.

Este hecho, la variedad de público lector, marca también otra característica importante del género yuri: la falta de exclusividad demográfica. Como ejemplo de ello tenemos a Sailor Moon, que en occidente es vista como una serie de chicas mágicas con rasgos yuri, pero que en Japón es considerada como una obra monumental por las propias revistas del género, y que si bien no empezó como tal, acabó por convertirse en una de ellas, a la vista de los más fieles de género.

Sailor Urano y Sailor Neptuno (Bishojo Senshi Sailor Moon)

Asimismo, el género yuri no puede encasillarse de forma exclusiva dentro del género shojo, pues se han publicado para todos los grupos demográficos, no solo shojo (niñas), sino también josei (mujeres adultas) shonen (niños) y seinen (hombres adultos), aunque contando historias muy diferentes. Las historias de manga shojo pueden presentar a niñas mágicas, mientras que las historias de tipo shonen y seinen pueden presentar a colegialas inocentes y lesbianas depredadoras. Sin embargo, las revistas de temática exclusiva yuri no se dirigen a un público específico, abordando todos el abanico de posibilidades, desde el romance más inocente al más tórrido.

Aunque conviene destacar algunos matices. A diferencia del género yaoi o boy’s love, donde las escenas sexuales son más frecuentes y explícitas, en el género yuri estas escenas son mucho menos frecuentes, siendo raro que sucedan hechos más allá de los besos o acariciar los senos. Ello no quiere decir que se elimine el deseo sexual femenino, sino que se realiza para enfatizar aún más un vínculo femenino-femenino.

Ejemplos de manga publicados en Comic Yuri Hime

Model-chan to jimi Mane-san ~ Model-chan and Plain Manager (Taneko)
Umineko sou days (Naoko Kodama) [ Inglés ]
Watashi no Oshi wa Akuyaku Reijou ~ I’m in love with the villainess (Sumio Aono)

El yuri en España

En nuestro país, el género yuri ha tenido un crecimiento paralelo a su desarrollo en Japón y a su proyección internacional. Si bien el anime yuri sigue siendo un territorio prácticamente desconocido, a excepción de la edición del anime de Maria-sama ga Miteru (Maria nos mira), que Jonu Media no llegó a publicar completamente, el manga yuri ha presentado un crecimiento en los últimos años.

Tras la publicación de Blue, manga de Kiriko Nananan, por parte de Ponent Mon 2004, hemos tenido que esperar varios años para volver a ver un título de manga yuri en las estanterías de las tiendas. Actualmente, las editoriales han empezado a apostar fuerte por este género y empiezan a ser conocidos títulos como Flores azules (Milky Way), Citrus (Ivrea), Girl Friends, Netsuzo Trap, Octave y Bloom into you (Planeta Cómic), Mi experiencia lesbiana con la soledad (Fandogamia editorial) y Still Sick (Ediciones Babylon), por citar algunos ejemplos.

Sin embargo, como comentaba, el anime yuri en nuestro país no termina de despegar, por lo que series conocidas como Flores Azules, Strawberry Panic!, Simoun o Kannazuki no Miko serán, por ahora, difícil de ver en nuestras pantallas. O quizás haya suerte y lleguen antes producciones recientes, como Adachi to Shimamura, Urasekai Picnic (Otherside Picnic) o Shokei Shōjo no Virgin Road, ésta de próximo estreno.

Espero haberos animado a introduciros en un género que tiene mucho que ofrecer o, al menos, darle una oportunidad con una mente abierta, necesaria en los tiempos de hoy.

Adachi to Shimamura

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Redactor

Antiguo redactor de mangaes, deseoso de volver por estos lares para seguir contando mangas y animes que merezcan la pena. De la gloriosa generación del 83.

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