Yasuko Aoike y Los hijos de Eva, la Historia de parranda

Yasuko Aoike y Los hijos de Eva, la Historia de parranda

La década de los setenta y la de los ochenta fueron tiempos revolucionarios para lo que hasta entonces había sido el género del shōjo en el manga. Lo que hasta entonces venía siendo representado mayormente por autores masculinos, que mostraban historias ingenuas con un carácter dulce, recibió un soplo de aire fresco con una nueva hornada de autoras englobadas en la conocida generación del 49 (literalmente también denominado las flores del 24) que renovaron el panorama.

Algunas de las más conocidas englobadas bajo esta denominación son autoras como Moto Hagio, Keiko Takemiya o Riyoko Ikeda* (según la fuente a la que se recurra no se la incluye en la lista pese a ser de la misma época).

Sin embargo, Yasuko Aoike, otra de las figuras relevantes del movimiento no es tan conocida por España pese a lo extenso y a lo variado de su producción, creando a lo largo de su carrera obras de corte histórico, detectivesco, satírico o cotidiano.

Yasuko Aoike
Adaptación teatral de El Halcón llevada a cabo por la compañía de Takarazuka Hoshigumi

Una de sus obras más conocidas es la extensa De parte de Eroica con amor (エロイカより愛をこめて) , una obra con un total de treinta y nueve volúmenes donde un agente que investiga la sustracción de obras de arte se convierte en un blanco tan codiciado para el ladrón como las obras de arte que este último caza con maestría.

Eroica yori koi wa komete

Sin embargo, el fuerte de Aoike es el manga de corte histórico, algo que refleja en obras como El Alcázar (アルカサル -王城-) donde narra la historia de Pedro I de Castilla ‘el Cruel’ ambientada en la España del s.XIV, Siete mares, siete cielos (七つの海七つの空) donde refleja la vida de un capitán pirata o El día de Saladino (サラディンの日) en torno a la batalla de Hattim que tuvo lugar en 1147 con el Reino de Jerusalén como telón de fondo.

De hecho, sus obras históricas llegan a tal popularidad, que incluso varias de ellas han sido adaptadas para su representación en el teatro musical conocido como Takarazuka.

Todo el interés en la historia que la autora desplegaba amplia y magistralmente en sus obras posteriores, ya se aprecia en la obra de su debut de la que hablará este artículo: Los hijos de Eva (Eve no Musukotachi, イブの息子たち).

La Historia de parranda

Inicialmente, la publicó Akita Shoten entre 1976 y 1979 en su revista mensual Princess y la recopiló en siete volúmenes. En esta primera recopilación se incluía tanto la obra de Los hijos de Eva como algunas historias cortas de la propia autora.

Tras una reedición monumental de Akita Shoten en dos volúmenes (1987),  la reeditó Hakusuisha en tres volúmenes en una edición de bolsillo (1995) y la edición más reciente es la publicada el 2014 por Akita Shoten en una reedición especial de cinco volúmenes.

Eve no Musukotachi
Ediciones de Akita Shoten (1976), Hakusuisha (1995) y Akita Shoten (2014) respectivamente.

Afirmar que es una obra difícil de describir es quedarse corto, ya que no tiene mucho que ver con sus historias más serias.

Aún así se puede afirmar que contiene muchos de los ingredientes que aparecen a lo largo de su obra en mayor o menor proporción: amor por la historia, humor surrealista y situaciones jocosas en cantidad.

En síntesis, Los Hijos de Eva nos presenta a tres protagonistas: a Virgil, a Heath y a Justin, componentes de un grupo de pop británico, a quienes se les revela que forman parte de una peculiar raza denominada Van Rose. Un raza surgida, no de la costilla de Adán, sino de la de Eva, cosa que los convierte en una suerte de raza binaria.

A partir de ese instante, los derroteros de la historia llevan a sus protagonistas a infinidad de mundos paralelos (que varían de un volumen a otro) donde interactúan con multitud de personajes históricos y/o literarios que habitan una misma dimensión. Sin olvidar, por supuesto, múltiples referencias cruzadas a otras obras manga que por aquél entonces tenían una gran proyección entre los lectores.

Eve no Musukotachi
Madame Butterfly luciéndose con arias extrañas y con el tenis, y Goebbles proponiendo el cosplay para aumentar la popularidad de su jefe.

Por ejemplo, ya solo en el primer volumen se presenta sin reparos a Helena de Troya, a Cleopatra, a Paris, a Beatrice (la de Dante), a Alejandro Magno, a Moisés, a Sansón, al actor de kabuki Tamasaburō o a Aníbal, entre otros muchos, en una trama tan delirante como surrealista.

La Venus de Botticcelli en plena acción, los dilemas existenciales de Safo y el duelo cacofónico entre Heath y Apolo.

Por otra parte, estas son algunas de las situaciones con las que se topa el lector: Safo con ataques existencialistas por haberse enamorado de Justin -un hombre-, un caballo llorando a mares por haberse enamorado de Heath, una Venus de Botticcelli harta de que la vistan cada vez que intenta desnudarse, la Reina Sádica Maria Antonieta embarcada en una contienda abierta contra los Van Rose, o un duelo mortal para los oídos donde los pianos acaban volando literalmente para demostrar  quién es el mejor compositor de todos los tiempos: si Bach o Liszt.

La Reina Sádica Maria Antonieta

Conclusión

A fin de evitar un bombardeo de spoilers, se ha optado por no hacer un análisis mucho más preciso de esta obra; sin embargo, una cosa sí que se puede decir:

Pocas cosas hay tan inclasificables, aunque desde luego, es una de esas obras que no dejan indiferente. Y si se tiene cierta cultura general, resulta aún más cómico, ya que el derroche de gags y/o slapstick que plagan sus páginas retrotraerán al lector a aspectos biográficos curiosos retorcidos de las formas más inesperadas.

Actualmente no existe traducción oficial alguna, sin embargo, ya sólo visualmente, es una auténtica locura.

Autor

Traductora de japonés, historiadora del arte y articulista.

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