Un San Valentín muy otaku

Un San Valentín muy otaku

El mundo del manganime está lleno de amores, romances, cortejos, relaciones románticas… cada una con sus particularidades. Y llegado estas fechas, habíamos pensado homenajearlas en nuestro típico artículo de este año, ¡pero nos ha sido imposible decidirnos en un solo tema!. Así que cada uno de los redactores ha decidido presentar sus propias propuestas de San Valentín. ¡Así seguro que hay algo que apela a todos quienes nos leen!

¡ATENCIÓN! Esta lista puede reventar el argumento de distintas obras (La caja azul, Llegando a ti, The rising of the shield hero…). Si sigues leyendo, atente a las consecuencias y no te quejes de que te hemos partido el corazón.


Los triángulos amorosos son un tópico de los romances del manganime. Pero hay personajes tan, tan enamorados que no son capaz de ver que el triángulo solo existe en su cabeza.

Kimagure Orange Road

KOR, Kimagure o, para los más viejos veteranos, Johnny y sus amigos es una comedia romántica que no debería existir. Es evidente desde el primer capítulo que a Kyosuke («Johnny») está enamorado hasta las trancas de la temperamental y reservada Madoka («Sabrina») y esta no lo ve con malos ojos. Pero entonces llega Hikaru («Rosita»), se niega a ver lo evidentísimo, se agarra al brazo de Kyosuke y se empeña en proclamarse su novia. Dan igual las pistas y señales de que ella es un cero tan a la izquierda que no sale ni en las calculadoras.

Por supuesto, cuando termina el verano alguien le acaba abriendo los ojos a Hikaru y todo son dolores de corazón y canciones desgarradoras.

[Sí, hay una «segunda parte» años después. No la tengo en cuenta ni vosotros tampoco deberíais]


La caja azul

Taiki lleva mirando embobado a Chinatsu también desde el primer capítulo. Chinatsu no puede evitar fijarse en este chico tan atento y preparado (sobre todo preparado) con el que comparte gimnasio y techo. El amor que surge entre ellos no es producto de un chispazo, sino de una convivencia lenta y tierna.

Entonces, Hina, la amiga de Taiki de hace años, que es capaz de ver que su amigo siente algo por Chinatsu, se lanza a competir por él, hasta el punto de complicar la amistad de años.

Hasta cierto punto es algo peor que KOR, porque Hina se mete a sabiendas a convertir una línea en un triángulo. Y al contrario que Hikaru, que no se entera de lo que ocurre, la gimnasta del Eimei no se quiere enterar. De acuerdo que en el corazón no se manda, pero si delante de un prado de flores hay un cartel «No pasar, campo de minas» lo inteligente es no pasar, por mucho que nos gusten las flores.


Hay series que nos cuentan una hermosa historia de amor, de forma pausada, detallada, con pequeños gestos, discusiones, reconciliaciones, partiendo de una amistad que se transforma poco a poco en un amor verdadero… Páginas y páginas de repetir patrones, personajes nuevos para alargar la historia, enésimos clichés repetidos (capítulo de playa, capítulo de festival de verano o de final de curso…) hasta que por fin, sí, la pareja se dice «te quiero». Y todo, cuando hace 20 tomos que ya era evidente porque nos estiran la historia, bien manejada, pero alargando hasta la extremaunción.

Chihayafuru

Vaya por delante que estamos ante uno de los mejores dramas del manga de los últimos años y, sin exagerar, de la historia. Una historia que parte de un hermoso juego clásico japonés, basado en poemas cargados de amor, romances, declaraciones o historias trágicas de la antología japonesa. Nuestros protagonistas, cargados de carisma, atrayentes o divertidos, nos atraen desde el principio pero, por encima de ellos, el trío principal, en el que Arata y Taichi se disputan el corazón de una obsesiva Chihaya con el karuta.

A pesar de la evidencia de los sentimientos de ambos hacia ella, la historia nos mantendrá en una larga y lenta agonía (muy bien llevada por supuesto) en la que no sabremos a quien elegirá finalmente Chihaya, que tardará demasiado en darse cuenta de sus propios sentimientos. Afortunadamente, todo llega y Chihayafuru alcanzará un final que, sin duda, os dejará sin palabras.


Llegando a ti

Pocas comedias románticas pueden compararse a Llegando a ti, una historia de amor que atrapa desde el primer momento gracias a Sawako, su protagonista que nos enamora por su inocencia, integridad, humildad y cariño a raudales. Y siente un amor puro por Shota que, para alegría del lector, se ve correspondido por este.

Sin embargo, para llegar a ese momento, veremos numerosos enredos, equívocos y hasta conspiraciones en su contra, que harán que el recorrido de la historia sea lento (no quiere decir tedioso ni pesado) y que se detenga en pequeños detalles, pensamientos internos, sufrimiento, tristeza… Un largo camino que nos hace sentir numerosas sensaciones, hasta llegar a un gran clímax.

Y tras este clímax, volvemos a una historia donde nuestra pareja protagonista avanzará lentamente en su relación, en parte por su pureza, pero también por un guion que nos desplegará otros enredos, nuevas parejas, rivales convertidas en amigas y alguna otra sorpresa más, a un ritmo al que ya nos acostumbramos para bien (y muy pocas veces para mal).


Los isekais y los viajes a otros mundos son un género que se ha hecho muy popular en los últimos años. No sólo los protagonistas viajan a otros mundos y viven aventuras fantásticas, también se enamoran y viven romances legendarios.

Fushigi Yūgi

Si hay una obra a destacar en los isekais románticos, esa es Fushigi Yûgi, obra de Yuu Watase publicada entre 1992 y 1996.

Miaka Yūki es una estudiante normal que un día en su visita a la biblioteca con su mejor amiga Yui acaba encontrando un misterioso libro en chino titulado El universo de los Cuatro Dioses. Al abrir sus páginas y empezar a leerlo, Miaka se ve transportada a otro mundo en el que se convierte en la mítica sacerdotisa de Suzaku y debe encontrar a las siete estrellas de Suzaku, invocar al dios y así salvar el país.

Durante su aventura, las aventuras y las emociones están a flor de piel en cada página, y entre Miaka y su estrella Tamahome se establecen vínculos más allá de su relación «profesional». Unos vínculos que constantemente serán puestos a prueba.


The Rising of the Shield Hero

Aunque no es un manga donde el romance predomine mucho, sí que es destacable la relación que se establece entre sus dos personajes principales: Naofumi, el héroe del escudo, y Rapthalia.

Naofumi Iwatani, un otaku japonés que un día coge un libro de la estantería de una librería, se ve transportado a un mundo fantástico en el que le dicen que es el héroe del escudo y que junto a otros tres, el héroe de la lanza, espada y arco, deben salvar este mundo de los ataques de unos monstruos a los que llaman olas.

Naofumi ya esperaba vivir una aventura épica, donde quizás hasta se podría enamorar, pero se ve inmerso en un complot en el que le acusan de violación y robo. Naofumi descubrirá pronto que solo por ser el héroe del escudo, el comportamiento de los demás hacía él cambiará mucho y que no recibirá ayuda alguna, al contrario que sus compañeros. Superado por la situación, Naofumi decide comprar a una esclava semihumana enferma llamada Rapthalia, a la que entrena y cuidará para que sea su espada.

Su relación irá evolucionando desde una relación más filial a una más romántica, aunque a Naofumi le costará darse cuenta de sus sentimientos. Lo que sí que tiene claro es que quien toque a Raphtalia se enfrentará a toda su ira.


¿Qué os ha parecido el 3×1 de este año? ¿Estáis de acuerdo o creéis, por ejemplo, que Chihayafuru aún podía haberse extendido más o que «Hina best girl» como dicen en Internet?¿Algún tópico que pensáis que nos hemos dejado? Contádnosolo porque el año que viene bien podemos hacer un 4 en 1.

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