Mi experiencia en la Japan Weekend Madrid septiembre 2022

Mi experiencia en la Japan Weekend Madrid septiembre 2022

Por fin vuelven los eventos. Atrás quedaron los meses de la pandemia, las restricciones y las mascarillas. Este año 2022 ya hemos podido disfrutar de los eventos tal y como los conocíamos antes del covid-19. Y, como era de esperar, Japan Weekend no iba a ser diferente y volvió a la programación habitual de ferias. Una de ellas y de las más populares es la de Madrid en el mes de septiembre. Pero la de este año parece que ha traído complicaciones que han afectado al disfrute de dicho evento y que ha desencadenado en una denuncia por parte de la OCU a los organizadores por la mala gestión y organización. Por este mismo suceso, vengo a relatar mi experiencia y dar mi humilde opinión personal.

Acceso al evento

Como todos los años, acudí al evento de Japan Weekend que se celebró en Madrid el fin de semana del 24 al 25 de septiembre. Por mi parte sólo compré entradas para el sábado, el día donde más problemas hubo. Para la entrada a su evento, Japan Weekend ponía a disposición tres tipos de entradas: entrada de acceso anticipado (la más cara, obviamente), la entrada anticrisis y la entrada general. A parte de las diferentes ventajas que tenía cada una de las entradas, todas ellas venían con selección de hora de acceso al evento, que iba desde las 10:00 de la mañana hasta las 18:00 horas. Por tanto, teóricamente, al adquirir tu entrada elegías también la hora a la que podías acceder al evento según los huecos que hubiera. Esto, supuestamente, era para evitar colas al entrar. Y sí, es cierto que cuando yo entre a las 10:00 de la mañana, no tuve que hacer ninguna cola y accedí directamente a los pabellones. Esto en anteriores eventos era impensable. Ha habido veces que la cola ha dado la vuelta entera al complejo de Ifema y volvía hasta el principio. Así que, por esa parte, parece que tuvo cierto efecto positivo, otra cosa es saber si se respetaron las horas de entrada.

Aforos permitidos

La Japan Weekend se celebraba en 4 pabellones de Ifema: el 1, 3, 5 y 7. Los aforos de cada pabellón para una feria son, según datos de Ifema, los siguientes:

  • Pabellón 1: zona dedicada a la restauración y con escenario para músicas asiáticas. 2.112.
  • Pabellón 3: lugar de los stands no comerciales y la Artis House. 6.746.
  • Pabellón 5: lugar de los stands comerciales. 4.462
  • Pabellón 7: escenario principal, videojuegos y actividades deportivas. 6.746.

En total, un aforo de 20.000 personas si sumamos todos los pabellones.

El primer pabellón que visité fue el Pabellón 1, donde se encontraba la mesa que daban los regalos con la entrada, pero fue un pabellón muy rápido de ver. Apenas había nada, aparte de un escenario, mesas con sillas, la zona +18 (una exposición bastante pobre de dibujos) y poco más. Era el pabellón más pequeño y la gente solo entraba de paso y enseguida lo abandonaba.

El siguiente pabellón en la lista era el 3, donde ya había stands de artistas y no comerciales, además de diferentes editoriales. En este fue donde ya se empezaba a notar la afluencia de gente. Durante la mañana, era difícil moverse entre los pasillos por la cantidad de público. No le di mayor importancia puesto que me pareció normal para un evento grande en el que acudía gente de todo el país (y con más ansias y ganas que nunca tras dos años de casi sequia).

Sobre la 13:00 de la mañana, cuando intenté acceder al Pabellón 5 por el interior del recinto es cuando se produjo el problema. Los pasos entre pabellones estaban cortados (al menos entre el 5 y 3), con guardias y personal impidiendo el paso entre ellos, y si querías acceder te decían que tenías que salir y hacer fila o entrar por el Pabellón 7. Como soy una persona muy obediente que no quiere crear problemas, salí por la puerta. Comprobé que había mucha gente haciendo fila para acceder al Pabellón 5, el pabellón de los stands comerciales, así que decidí ir al siguiente, el Pabellón 7, al que puede entrar sin fila. Como lo que más me interesaba era el concurso de cosplay de las 17:00 que se celebraba en el escenario principal y ver el Pabellón 3, decidí quedarme el resto de la tarde en ese pabellón por si acaso no podía volver a entrar. De los problemas que se debieron generar fuera (sobre los desmayos, los ataques de ansiedad y la llegada de la policía), no llegue a ver nada, por lo que no me aventuro a opinar. Cuando acabó el concurso de cosplay a las 19:00 horas, me marché del recinto, no sin antes comprobar que ya se podía acceder al Pabellón 5 sin realizar cola. Yo me marché sin ver los stands comerciales, pero amigos míos se quedaron y pudieron terminar de verlo todo.

Problema con el aforo de los pabellones

Ahora viene la parte en la que opino sobre el evento. Parece ser que, desde mi punto de vista, el problema gordo estuvo entre los Pabellones 3 y 5, precisamente los pabellones en donde estaban los stands para comprar merchandising y cosas varias. Los otros dos pabellones, no tuvieron en ningún momento problemas de aforo, hasta donde yo sé, y se podía entrar en ellos sin problemas. Por tanto, aunque el aforo total del evento era de 20.000 personas, no es así en cada uno de los pabellones. Porque si de esos 20.000, 10.000 quieren entrar al Pabellón 5 que tiene un aforo de 4.462, obviamente tenemos un problema. La solución más justa era cortar los accesos por el interior y quien quiera entrar que hiciera fila (la fila que no había a la entrada porque, teóricamente, había horarios para entrar). Otro inconveniente que surgió es que la gente entraba al pabellón y no salía, se quedaba ahí, por tanto, la que estaba esperando no podía acceder.

¿Quién es responsable?

Llegamos a la pregunta del millón. ¿Quién debería tomar responsabilidad sobre la seguridad? ¿Ifema o los organizadores de la Japan Weekend? Según el Reglamento para Organizadores de Ifema, su punto III relativo a la Normativa de seguridad y emergencias dice lo siguiente:

“12.- Orden Público y Aforos máximos

12.1.- El Organizador, Expositor, sus contratistas y/o subcontratistas y el personal de ellos dependiente, están obligados a cumplir la legislación vigente en materia de orden público y seguridad ciudadana.

12.2.- IFEMA, de acuerdo con la legislación vigente, tiene una asignación de ocupantes máximos en cada área, dependiendo del tipo de evento que se realice, la cual el organizador conoce y se compromete a no sobrepasar los aforos máximos permitidos reflejados en el Anexo 3 «Datos técnicos de Pabellones, Centro de Convenciones Norte y Sur y Salas de Pabellones» de esta normativa.

13.- Seguridad y Vigilancia de las Áreas ocupadas por el Organizador para el Acto o Evento, así como, en su caso las Áreas de Exposición

13.1.- IFEMA proporciona, durante todo el periodo ferial, la vigilancia general del recinto, de carácter disuasorio, preventivo, control de accesos y de orden público.  […]

El Organizador deberá cubrir, al menos, un puesto de vigilancia por pabellón con la empresa concesionaria del servicio de vigilancia en IFEMA, con funciones de coordinación y enlace, tanto durante las horas de apertura como en las que el recinto se encuentre cerrado, desde el primer día de montaje al último de desmontaje, incluidos todos los días de celebración.

La seguridad de las zonas cedidas al Organizador y muelles de carga anexos, será por cuenta y responsabilidad del Organizador durante la totalidad del tiempo contratado y las ampliaciones, tanto de tiempo como de espacios, que pudieran acordarse con posterioridad.”

También nos dice que la empresa organizadora podrá contratar el servicio de seguridad privada con la empresa colaboradora de Ifema o con una empresa distinta (punto 14 del reglamento).

Por tanto, con este reglamento en la mano, me atrevería a afirmar que la responsabilidad última es del organizador del evento, no de Ifema, como alguno afirmó en el escenario.

¿Posibles soluciones?

No soy quién para decir cómo se debe organizar un evento (nunca he organizado ninguno y, mucho menos, uno de tal magnitud), pero no quería terminar sin hacer una crítica constructiva y aportar alguna posible solución desde mi punto de vista.

A pesar de que el evento contaba con 4 pabellones, dos de ellos estaban muy mal aprovechados. El grueso del evento, y lo que todos querían ir a ver, estaba en el Pabellón 3 y 5, precisamente los que tuvieron largas colas por el aforo, y precisamente era porque estaban los puestos para comprar. Por tanto, quizá una posible solución sería repartir más los stands entre los pabellones, tanto los comerciales, como de artistas y no comerciales, para que el publico se mueva entre ellos y no se queden siempre en el mismo.

He notado que durante los últimos años ha habido un gran afán consumista en los eventos. Donde la gente parece que solo va a gastarse el dinero en objetos de su fandom y no le importa las actividades o las charlas. Por eso creo que el problema ha estado en la concentración de los stands en dos pabellones. Supongo que a nivel de montaje y organización interna es más sencillo así, pero esa concentración es la que ha creado los problemas de los aforos y las colas. Por tanto, he aquí mi humilde opinión y propuesta de mejora si se la quiere tener en cuenta.

¿Volveré a la Japan Weekend?

Esta respuesta es sencilla para mí: sí. A pesar de los problemas, los agobios, el gentío y el no poder ver algún pabellón, sí que volvería a acudir a una Japan, como volvería a ir a un Salón del Manga de Barcelona o a los eventos de mi ciudad. El motivo es sencillo. Cuando un evento crece tanto y se populariza, es normal que tarde un tiempo en aprender a gestionar y controlar esa masa de gente. También he de decir que puede pasar que se quieran aprovechar y sobre pasar determinadas líneas, pero para eso tenemos las redes sociales y otro tipo de organismos, para poder denunciar y decirles: “eh, que aquí lo estás haciendo mal” (véase el timo de los supuestos voluntarios). Las críticas deberían ser siempre bien recibidas (sin insultar, claro está), puesto que ayuda a crecer y ver obstáculos que igual desde su posición no se han dado cuenta.

Todo ello sin olvidar los momentos de diversión y risas con mis amigos, la ilusión que te hace que te pidan una foto cuando vas de cosplay, la cantidad de artistas y objetos tan bonitos que puedes comprar en los stands no comerciales, y las charlas y concursos. Al final del día siempre tengo una sensación de haber aprovechado al máximo el evento, y eso es lo que cuenta para mí.

Autor

Redactora

Periodista de carrera y lectora voraz de manga. Crecí con series como Reena y Gaudy (Slayers), Digimon, Dragon Ball o Sailor Moon. A los 15 años compré mi primer tomo de manga, y a partir de ahí mis estanterías se fueron llenando de series hasta que actualmente ya no sé ni dónde meterlas.

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