Invisible -un título que debería ser muy visible

Invisible -un título que debería ser muy visible

Netflix acaba de sacar a la palestra una vez más el tema del acoso con Adolescencia. Sin embargo, como decimos es un tema recurrente que ya se ha hecho notar en otras ocasiones. Y, si la memoria no me falla, antes que la mencionada serie probablemente su otro gran “dador a conocer” fue el título que nos ocupa.

La inmensa mayoría de lo que tratamos en Mangaes tiene origen extranjero (normal, es una web sobre manga japonés). Por ello, de cuando en cuando intento encontrar algo de origen nacional para darle un poco de promoción, que en este país eso nunca viene mal. Hasta ahora me había limitado al llamado “mangañol” (normal, es una web sobre manga), pero ahora lo extiendo a la sección que casi parezco llevar en solitario: Otros mundos (normal, sigue siendo, etc.).

Y es que, entre cosas muy extrañas, bailes de dragones, investigaciones policiales y romances de época, se nos ha colado una serie que, como casi todas las buenas historias, tiene su origen en un libro. Un libro español.

Hablamos de, obviamente (porque está en el título), Invisible.

El propio autor, Eloy Moreno, nos pide en el libro que le hagamos llegar nuestras impresiones, así que, aunque entiendo que en realidad es poco probable que Eloy vaya a llegar a leer esto, aquí estoy, mezclando el artículo con mis propias sensaciones, opiniones y vivencias.

invisible

El libro

Mis géneros favoritos son la ciencia-ficción y la fantasía heroica. Para mí la novela perfecta es eso que llaman “fix-up” de capítulos todo lo autoconclusivos que una trama general permita (La Trilogía de las Fundaciones de Asimov o Los Viajes de Tuf de Martin), o una trilogía larga con toda una historia clara de principio a fin (El Señor de los Anillos de Tolkien o las trilogías Dragonlance originales de Weis y Hickman). Por tanto, el estilo de este libro al principio me ha descolocado un poco.

Narra toda la historia en pequeñas escenas que se van sucediendo, de manera que el libro está escrito a base de textos muy cortos. Algo que como digo al principio me ha chocado, pero luego te acostumbras, no es tan distinto de los párrafos y saltos “habituales”.

Personalmente me ha gustado mucho la presentación de personajes, ese ir desgranando poco a poco y siempre dejando algo en el aire (otra cosa que me ha molado, ya que obliga al lector a pensar un poco y rellenar los huecos, no te lo da todo mascado). Infinidad de libros e historias se basan en eso, en un misterio o intriga que se va resolviendo poco a poco para mantener el interés del lector.

Y, como cualquiera con un mínimo de experiencia en la vida sabe, a una parrafada así le sigue indefectiblemente un “pero”.

Pero…

…ese estilo se hace un poco lento, y especialmente al principio puede llegar a desesperar al lector, sobre todo si es un adolescente poco o nada acostumbrado a la lectura y que puede de pronto encontrarse diciendo “¿pero esto de qué va? ¿Cuál es la historia? ¿Está pasando algo?”.

Sin embargo, quitando ese detalle, que en realidad no deja de ser una apreciación personal, el libro está muy bien. Es ameno y llevadero, incluso para alguien que, como yo, no cuenta entre sus gustos con este tipo de libros que se basan en contar emociones y sentimientos.

Y es que es la carga principal de la historia: el comprobar en primera persona el sentir de alguien que está viviendo una situación de acoso. De hecho, dedicándome como me dedico a la docencia, debo decir que está todo muy bien ambientado, en ningún momento he podido decir “esto no es así, este tío no sabe de lo que habla”. Todo es tristemente realista, porque además todo está suficientemente profundizado: se narra la historia detrás del “malote”, se cuentan los suficientes detalles del pasado del protagonista como para darle consistencia, etc.

Por ello, son los adolescentes los que más deberían leerlo, ya que desde luego narra con mucho detalle algo que desgraciadamente es mucho más común de lo que debería.

Al fin y al cabo, son apenas 300 páginas, con muchas que en realidad apenas tienen texto, por lo que se lee muy rápido, te lo puedes ventilar en una tarde. Pero a cambio es muy barato, 12€ el que tengo yo.

12€ bien invertidos.

La serie

Soy un firme defensor de que “el libro es mejor que la peli”. Lo creo sinceramente, y de hecho salvo raras excepciones (como Sueñan los androides con ovejas electrónicas y su adaptación Blade Runner) suele ser así.

Pero en 6 episodios (disponibles en Disney+), la serie tiene tiempo de tratar todo el material del libro, incluso se permite añadir detalles que de nuevo son tristemente realistas (como el papel de la administración) y que pese a ser cosas que no están en el libro encajan perfectamente, así que en esta ocasión lo cierto es que la adaptación no desmerece lo más mínimo.

Aquí la narración es mucho más secuencial, aunque hay mucho salto en el tiempo (si bien no resulta confuso, las diferencias claras en el prota no dan lugar a dudas).

invisible serie

Diferencias

En general la serie es bastante fiel al libro: la historia también empieza un poco “dispersa” y cuesta cogerle el truco, los personajes son muy fieles a lo descrito en el libro…

Pero también hay diferencias, claro. Contamos con toda la fuerza que consiguen unas imágenes (algo que no siempre logra un texto), se añade mucho dramatismo (el libro se centra más en los sentimientos y sensaciones de los personajes, mientras que la serie incide en las situaciones de abuso e injusticia para despertar la indignación del espectador). Y no olvidemos el acompañamiento musical (muy adecuado según mi opinión, todavía estoy flipando con esa versión del “Fear of the dark” de Iron Maiden).

Hay más, claro, como ciertas características físicas de los personajes que en un libro existen sin problemas pero que son más difíciles de llevar a un actor real, o sobre todo en el final (que en la serie es mucho más fantasioso (desgraciadamente)), pero si has llegado aquí porque en tu centro han puesto el libro como de lectura obligatoria (en el mío por ejemplo lo hemos hecho), una de las actividades es que des detalles precisamente para comprobar que no te has limitado a ver la serie o buscar algún resumen en la red y esperas que te “haga los deberes”, vas listo (es más, he metido textos ocultos por si acaso ni siquiera estás haciendo la búsqueda tú sino que se lo has encargado a ChatGPT): léete el libro, merece la pena.

Errores

Sí, esto es una ida de olla, pero no puedo quedarme callado. En la serie los protas, en 1º de la ESO, están estudiando Biología, y comentan que los Reinos de los Seres Vivos son 4. No. No son 4, son 5, los 5 Reinos de los Seres Vivos. 6 si algún día se acepta añadir a las arqueas como reino diferenciado.

Quitando esta deformación profesional, la otra única cosa que me ha hecho decir “espera, ¿qué?” ha sido cuando al principio del libro, en la presentación de la madre, hablan de “milímetros de tiempo”. Es muy raro usar milímetros (unidad de distancia) para hablar de tiempo (que se debería medir en segundos), así que realmente me gustaría conocer el trasfondo de esa expresión, si existe de verdad y qué significa, o si ha sido simplemente un despiste del autor.

Desvarío personal enteramente subjetivo

Debo reconocer que al final tanto serie (que acaba recreándose demasiado en la injusticia y engordando el drama) como libro (demasiado sentimiento para mis cosquillas) se me han hecho un poco largos. Y no es que lo sean, es simplemente que como digo no es mi estilo de libro/serie.

Sin embargo, sé lo suficiente del tema como para reconocer una buena obra cuando la veo. Y este título lo es.

No me detendré demasiado en la serie, ya que da menos pie a la interpretación, especialmente con ese final tan acorde a la plataforma que lo emite. Sin embargo, sí querría hablar un poco del libro, ya que el propio autor lo pide.

El final (y sí, si estoy hablando del final significa que te lo voy a destripar, así que si no quieres eso deja de leer) del libro, más que ser algo abierto, es una acusación directa.

En un primer momento, al leer esto te indignas. “Yo no soy así, si veo una injusticia, actúo”, es lo que probablemente piensa todo el que lo lee. Pero, ¿realmente es así?

Ciertamente yo ahora sí soy así. Pero yo ahora tengo 50 años, mi vida y personalidad totalmente formadas y desarrolladas, y las cosas en la vida clarísimas. Eso no siempre fue así.

Yo también fui un crío, con buenas notas y gafas, con el que se metían (nada tan serio como lo que sale en el libro o en las noticias de vez en cuando).

Yo también fui un adolescente, jugador de rol y lector de cómics, que sufría por ello las burlas y el menosprecio de los guays y el rechazo de las chicas.

Yo también fui un veinteañero, que ya había aprendido a lidiar con estos problemas y que estaba feliz de pasar desapercibido sin meterse en problemas.

Por tanto, y aunque evidentemente no estoy orgulloso de ello, tengo que reconocer que el libro tiene razón, y que durante una época de mi vida evitaba los problemas y no me metía si veía uno. Y aunque parece que no viene muy a cuento lo digo porque creo que el punto de inflexión para mí fue precisamente en un Salón del Manga de Barcelona, en la entrada de la Estación de Francia, donde un chaval estaba claramente avasallando a otro. No me metí en la discusión, pero sí esperé; quiero pensar que porque si la cosa hubiera ido a mayores sí que habría intervenido. Sin embargo, no tuve oportunidad, ya que Joan Navarro, en aquel entonces jefazo de Glénat, sí que intervino simplemente ante la discusión, parándola.

Pensé, y de hecho le dije, que había hecho lo correcto, y que lo envidiaba porque yo no me había atrevido. De qué sirve leer tanto “un gran poder conlleva una gran responsabilidad” y tanto “hay que ser de los buenos porque ya hay demasiados malos” si luego no lo llevas a la práctica.

Y a partir de ahí decidí hacer lo que había que hacer.

No ha sido fácil, y en alguna ocasión me he comido algún puñetazo suelto o incluso la propia policía me ha dicho cuando ha llegado para resolver la situación que no debería haberme metido porque podría haber salido mal parado. Pero por las noches duermo que te cagas ya que estoy en paz conmigo mismo y con el Universo.

Por consiguiente, animo a todo el mundo a hacer lo propio, y cuando vea una situación injusta intervenir. No hace falta hacerlo directamente, puede ser tan simple como dar la voz de alarma, avisar a alguien, o incluso llegado el caso grabar la escena (pero como evidencia, nada de esa prueba de idiotez mental de ante cualquier evento ponerte a grabarlo para conseguir “likes” sin intervenir cuando claramente podrías hacerlo, no me seáis giliposhas, que cosas de estas también he visto unas cuantas (pero eso ya lo dejo para otra ocasión que por esta vez ya he desfasado bastante).

Conclusión

En definitiva, y paranoias aparte, es un libro que debería ser lectura obligatoria en institutos (quizá para colegios sea un poco pronto). Los grandes clásicos están muy bien, soy el primero en reconocer las muchas cosas que se pueden sacar de la lectura de Fuenteovejuna, pero a la chavalada actual probablemente le resulte mucho más cercano un tema como el de Invisible.

Autor

Redactor y corrector ocasional

Amado por unas, odiado por otros. Incluso ahora. A medio camino entre Leyenda Viva y Vieja Gloria, el mítico Lázaro Muñoz llevaba más de 15 años disfrutando de un bien merecido descanso. Sin embargo, hemos conseguido convencerlo para que deje parcialmente su retiro y retome su faceta de redactor.

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