Si nada lo impide (crucemos los dedos), en octubre de este año llegará la tercera temporada del anime Golden Kamuy, cuyas dos primeras temporadas podéis ver en Crunchyroll. Y dado que no la reseñamos en su momento, ahora podemos dedicarnos a ello, aunque fijándonos en uno de los aspectos más notables de esta obra: los ainu y su cultura.
¿Qué es Golden Kamuy?
Kamuy, en lengua ainu, es «dios» ― de los muchos que veneran este pueblo. Así que «Golden Kamuy» sería «dios de oro». ¿Por qué lo del oro?
Porque la historia comienza en las montañas de Hokkaido, la isla más al norte1 del archipiélago japonés, poco tiempo después del fin de la guerra ruso-japonesa (1904-5). Allí Saichi Sugimoto, alias «el inmortal Sugimoto», exsoldado y superviviente de la batalla más sangrienta de la guerra se entera de una historia fantástica: un tesoro de oro oculto en algún lugar de la gran isla. Sugimoto está dispuesto a creer que no son más que cuentos hasta que ve las pruebas con sus propios ojos; está a punto de costarle caro, pero, por suerte, le salva la vida Asirpa, una chica ainu que resulta tener también un interés en la historia del oro, pero por otros motivos.
A partir de ahí, comienza una vertiginosa aventura que unirá a ambos en la búsqueda del famoso oro, y que les hará recorrer Hokkaido prácticamente de norte a sur. Frente a ellos aparecerá una cohorte de personajes peculiares, enemigos o aliados casi dependiendo del momento. Maestros de la fuga, militares con varios tornillos de menos, cazadores obsesionados, asesinos, samuráis míticos… lo mejor de cada casa. Todos intentado alcanzar el One Piece, digo, el Golden Kamuy.
¿Quién ha hecho Golden Kamuy?
El manga es obra de Satoru Noda, que lleva publicándose en la revista semanal Young Jump (de Shueisha) desde 2014 y está siendo publicado por Milky Way en España. El anime, del Geno Studio, empezó a emitirse en 2018 en dos temporadas casi seguidas. El dibujo de Satoru Noda impresiona por su fuerza visual y su realismo a la hora de mostrar a los animales y la naturaleza salvaje de Hokkaido (casi parece heredado de los mangas de Jiro Taniguchi).
El anime, por su parte, además de dinamizar la historia, añade una banda sonora magnífica de Kenichiro Suehiro.
Pero si hay una cosa que ambas tienen en común ambas obras es cuidado que ha tenido Noda (y Geno Studio en el anime) con la cultura ainu, hasta el punto de usar los servicios de un estudioso de la misma: el profesor Hiroshi Nakagawa2.
¿Quiénes son los ainus?
En el momento en que se desarrolla Golden Kamuy, es el pueblo nativo del norte del Japón y sur de Siberia que se aferra a su cultura frente al gobierno japonés, en plena campaña de ocupación y colonización de Hokkaido, para «civilizar» a los «salvajes» del norte y acceder a sus enormes recursos naturales.
De hecho, no ha sido hasta hace poquísimo que los ainu fueron reconocidos por el gobierno como «pueblo nativo» ― hasta 1997 oficialmente no había minorías étnicas en Japón.
Sin embargo, en Golden Kamuy se usa a Asirpa para presentarnos los detalles de la cultura ainu. Cómo giran en torno a la caza y la pesca ― en especial del oso y el salmón ― (poca agricultura permite el clima del norte) y cómo se refleja en una gastronomía extraña, pero desde luego sabrosa (¿ardillas? ¿por qué no?).
No obstante, también se nos presenta la angustia de los ainu a principios del siglo XX, frente a la presión «wajin» (japoneses): no solo se les trata como salvajes, sino que también se les obliga a tomar nombres japoneses, se les saca de sus tierras, se les prohíbe pescar salmón (imaginad si a nosotros nos prohibieran comer cerdo). No es de extrañar que algunos decidan tomarse la justicia por su mano, lo que también veremos reflejado en esta obra.
Concluyendo
Golden Kamuy se puede considerar una especie de «western» a la japonesa, pero, en lugar de apaches, y el Salvaje Oeste, tenemos a los ainus y el Helado Norte. Con la diferencia de que conocemos muchísimo menos al pueblo de Hokkaido que a los nativos de Norteamérica. Y si la parte cultural no es lo vuestro, también tenéis la acción trepidante de esta salvaje búsqueda del tesoro: osos, lobos gigantes, cazadores, militares renegados asesinos, samuráis jubilados que en vez de la petanca usan la espada, fugas desesperadas, traiciones, contratraiciones… y hasta la comedia más absurda. Todo ello en un mundo helado, pero hermoso: la tierra de los «utari» ― «la gente», en lengua ainu.
NOTAS:
1– Técnicamente hablando y hasta 1945, la isla más al norte de Japón era Sajalin (ahora parte de Rusia).
2– También cuenta con consultores para ruso, orok ―pueblo nativo de Sajalin― y dialecto japonés de Kagoshima