En su primer día de instituto, Hidaka oyó una voz femenina que nadie más puede oir, desde una torre construida en los terrenos de la escuela pero algo apartada. Hidaka descubrió que es la la voz de Dios, que toma la forma de una chica gigante y reina sobre el edificio llamado La torre menor de los clubs. Así entra a formar parte del llamado "club de la diosa".