Okumura nunca ha tenido interés en el mundo real, siempre ha preferido las chicas de dos dimensiones. Pero todo cambia cuando Ririsa, la presidenta del club de cosplay de su escuela, le pide ayuda para crear el cosplay perfecto. A medida que trabajan juntos, Okumura comienza a ver a Ririsa no solo como una increíble cosplayer, sino también como una persona real con sus propios sueños y deseos.