Nada es verdad. Todo está permitido. El credo es eterno.
Antigua China. Año 13 de la era Tianbao (754 d. C.). El emperador invoca a sus funcionarios más
fieles al Banquete de las Flores sin saber que uno de ellos es un ser corrupto y cruel, y que otro
pronto lo traicionará. Todo el imperio está a punto de estallar en una guerra civil, y las vidas de
miles de inocentes están en riesgo. Junto con los vientos de cambio, un asesino discreto llega a
Chang’an, y su único objetivo… es impartir justicia.