Artículo publicado originalmente el 18/12/2011 en Mangaes 1.0. Actualizado y reescrito el 29/6/2020.

En la Inglaterra victoriana, el joven Conde Ciel Phantomhive es el jefe de la familia Phantomhive y dueño de la fábrica de juguetes y golosinas Fultom, a pesar de tener solo 12 años de edad. Huérfano desde hace dos años, Ciel lleva un parche sobre su ojo derecho, es algo reticente a las clases y está aterrado de su prima y prometida, Elizabeth.

Sebastian Michaelis es el mayordomo de Ciel. Sebastian no es solo extremadamente competente en sus deberes de mayordomo, sino que además es un chef soberbio, un jardinero espléndido, un consejero fiel extremadamente protector con su señor, un excepcional luchador de artes marciales, increíblemente veloz, fuerte y ágil con una puntería perfecta y, además, capaz de convertir los desastres del resto del personal en aciertos en un tiempo récord, y todo ello sin despeinarse. De hecho, lo único que le preocupa del hecho que le llenen a balazos es que le destroza la ropa. Porque, como a Sebastian le gusta decir, él es «un mayordomo infernal».

Literalmente.

Sebastian es un demonio que sirve a Ciel a través de un pacto en que este sacrificó su ojo y su felicidad. Sebastian le servirá lealmente mientras viva y después se comerá su alma. Y las razones de porque Ciel hizo este pacto tienen mucho que ver con las trágicas circunstancias en que se quedó huérfano.

¿Pero porqué necesita un chico de 12 años tal mayordomo? Porque Ciel, como todos los Phantomhive que le han precedido, es el «perro de la reina», líder de una facción aristocrática que se encarga de solucionar los problemas cuando el gobierno no quiere ensuciarse las manos, siempre según las órdenes de la reina Victoria. Serio, solitario y dedicado, Ciel no es el típico aristócrata adolescente, al menos la mayor parte del tiempo (tiene sus momentos).

black butler 1 151 — En manos de Sebastian, la cubertería es letal

Kuroshitsuji, el título original de Black Butler, es obra de Yana Toboso y empezó a publicarse en la revista Gekkan GFantasy de Square Enix en septiembre del 2006 y aún continúa. De octubre del 2008 a mayo del 2011 tuvo una adaptación anime, en forma de serie TV de 26 episodios y 6 OVA. La serie de anime creó un final para la serie, subvirtiendo el trato, pero nada dice que ese tenga que ser el final del manga.

Black Butler está ambientado en la época victoriana, cuando la Reina Victoria ya había enviudado, pero interpretada bajo un prisma japonés, con elementos sobrenaturales, mezclando hechos y situaciones históricas con otras imaginarias, exagerando personas y hechos y con más de un anacronismo. En otras palabras, un historiador probablemente tendría un ataque de nervios, pero dentro de la historia funciona muy bien.

En Black Butler, Yana Toboso combina la comedia negra, la acción y la fantasía sobrenatural oscura, con un toque steampunk, de manera ágil, equilibrada y generalmente coherente dentro de los parámetros de la serie. Al inicio, las historias se mueven entre las escenas de cada día con tintes cómicos, donde Sebastian tiene que encargarse de Ciel, de la casa y de solucionar los destrozos del incompetente personal de la mansión, y los casos relacionados con los «perros de la reina» y la gente con la que se encuentran, donde la imaginería gótico-romántica de la época aparece en todo su esplendor: callejones sangrientos, misterios sobrenaturales, asesinos en serie, personajes torturados, pasados angustiosos y familias disfuncionales. Pero Black Butler pronto desarrolla tramas seriadas más largas de varios capítulos y tomos, con menos humor y más historia, en las que empieza a haber una evolución (lenta) de los protagonistas y que se hacen progresivamente más oscuras, aunque con algunos momentos más ligeros.

El mundo de Black Butler es mucho más rico de lo que parece a simple vista, y su construcción está muy cuidada. Aunque al principio los casos puedan parecer independientes entre sí, poco a poco, Ciel y Sebastián, y con ellos el lector, van descubriendo los hilos profundos que se mueven de uno a otro, con giros inesperados de guion que pondrán a los protagonistas en más de un aprieto.

Sebastian y Ciel son los personajes principales de la serie y su relación es el corazón de la trama. Sebastian es un demonio atractivo, amoral y casi perfecto, capaz de mostrar la cara más amable un momento y la más fría al siguiente, y cuya declarada falta de sentimientos esconde una debilidad por los gatos de todos los tamaños. Ciel es un joven cruelmente obligado a crecer demasiado pronto, viviendo con un pie en la élite aristocrática y otro en lo más oscuro de la sociedad. Igualmente, la absoluta lealtad de Sebastian, debida al pacto, no implica que obedezca ciegamente a Ciel. Al contrario, es el que siempre se atreve a decir, a Ciel y a otros, las verdades puras y duras.

En consecuencia, su relación es muy peculiar y a menudo no la que esperarías entre un amo y su mayordomo. Por ejemplo, en la primera historia se apuestan a un combate entre Sebastian y un luchador elegido por Ciel el que este último estudie sus lecciones, mientras que en otra Ciel le pide a Sebastian que se quede a su lado hasta que se duerma y, en una tercera, Sebastian espera un poquito a rescatarle porque le gusta verle humillado. Y no hay que olvidar el final que se cierne amenazadoramente en el horizonte debido al trato entre ambos.

El amplio y diverso elenco de secundarios incluye tanto a humanos como a seres sobrenaturales: astutos mafiosos chinos con un punto débil por Ciel, shinigamis (especie de parcas de la religión japonesa) en ejercicio con sus propios intereses y uno rebelde con una obsesión muy particular, príncipes hindúes buscando su lugar con su propio mayordomo especial, brujas germánicas que no son lo que parecen, aristócratas corruptos con gustos depravados y un sinfín más, incluyendo a la propia reina Victoria, que tan pronto parece una dulce abuelita como dan ganas de huir despavoridos de ella.

Porque si hay una constante en el mundo de Black Butler, es que todo el mundo esconde secretos. Empezando por el propio Ciel.

Los primeros secundarios en aparecer son el resto del personal de la mansión, todos de buen corazón pero incompetentes hasta el punto que no sabes porque los contrataron: Bardroy, el cocinero cuya comida es 80% carbón y 20% platos rotos; Mei-Lin, la doncella cegata y patosa en extremo, que rompe todo lo que toca; Finnian, el jardinero que no controla su fuerza y siempre acaba matando las plantas; y Tanaka, el anciano ex-mayordomo que confunde el azúcar con el glutamato y que siempre anda en las nubes. Adoran a Ciel y veneran a Sebastian aunque éste, en su fuero interno, les haría picadillo a veces (los lectores también, al principio) ya que parecen existir solo para hacerle la vida imposible. Y es que «parece» es aquí la palabra clave, porque hay una buena razón para que Ciel los mantenga en su empleo y no es por caridad. Normalmente, los cuatro forman un contrapunto al carácter más oscuro de Sebastian y Ciel, pero mejor no dejarse engañar por su aparente afabilidad, especialmente si buscas hacerle daño a Ciel.

El dibujo de Yana Toboso es sencillamente precioso, limpio y detallado sin estar recargado, con guapos chicos de aires góticos, aunque los personajes jóvenes se le dan mejor que los de más edad. Todo ello unido a una lectura fluida, con ocasionales viñetas a doble página y unas ágiles (a veces espectaculares) escenas de lucha, y rematado con unas ilustraciones a color simplemente preciosas.

Aunque publicado como shōnen, Black Butler no es un shōnen al uso y combina también elementos shōjo que lo hacen algo particular y ambivalente. Aunque no ha caído en el shōnen-ai hasta la fecha, lo cierto es que hay un montón de subtexto, cosas que se pueden leer entre líneas entre Sebastian y Ciel (y no tan entre líneas en algunas ilustraciones, ver ejemplo al final), pero que podéis ignorar si queréis (aunque son las que explican todo el yaoi/BL Sebastian/Ciel que hay rondando por la red).

El primer volumen de Black Butler es una pequeña muestra de una gran obra que mejora a pasos agigantados. No os dejéis guiar por las dos primeras historias del número; es a partir de “Este mayordomo es el mejor” que se empieza a mostrar de que irá realmente la serie.

Hay un solo pero que se le puede poner a esta serie: que solo se publica un capítulo al mes y la historia se mueve a un ritmo lento, incluso desviándose a veces para explicar el pasado de algún personaje. 29 volúmenes en 12 años saben a poco.